- Qué te anda pasando a vos? - me cuestionó ayer mi vieja.
- ¿...? Qué te pasa a vos que me preguntas cosas raras - salté a la defensiva.
- Uhhh, te conozco..andas insoportable - endulzó el tono de su voz - qué te pasa?
- mhhmm nada.
- Tu problema empieza con S?
- (silencio prolongado) Ponele...
- Ahhhhh.. yo sabía... bueno...
Silencio eterno. Seguimos viendo televisión como si nada. Al rato, interrumpió de nuevo.
- Sabés qué tenés que hacer, nena? Tenés que salir con algún pibe... buscate un "touch and go"... sí, eso es lo que necesitas. -
Hoja en Blanco
2.11.2011
2.10.2011
Enredada.
Para avanzar, crecer, cambiar, hay que dejar el pasado donde está, y enfocarse en el presente. Esto no significa hacer todo ya, o todo ahora, sin pensar en el alcance de las consecuencias. Simplemente, se trata, de no ser esclavo ni de lo que ya ha ocurrido (y nada se puede hacer por cambiarlo), ni de lo podrá llegar a venir en un futuro.
Para liberarse de aquellas culpas con las que nos retuerce el pasado, hay cosas que tenemos que dejar ir... hay personas que debemos dejar ir...
Toda tormenta, trae la frescura de un nuevo amanecer. De un nuevo comienzo. Pero antes de poder llegar ahí, tengo que desenredarme las culpas que aún me mantienen atada a vos, mi amor.
Para liberarse de aquellas culpas con las que nos retuerce el pasado, hay cosas que tenemos que dejar ir... hay personas que debemos dejar ir...
Toda tormenta, trae la frescura de un nuevo amanecer. De un nuevo comienzo. Pero antes de poder llegar ahí, tengo que desenredarme las culpas que aún me mantienen atada a vos, mi amor.
Anoche soñé con vos. Después de mucho tiempo...soñé con vos.
Soñé que despertaba a tu lado. Un rayo de sol acariciaba tus labios que dibujaban una tierna sonrisa. Estabas tan tranquilo, tan sereno, que me dabas paz solo viendote. Y me quedé. Vi tus pelos desordenados sobre la almohada. Tus hermosos ojos celestes, descansando. Tu cuerpo, desnudo, tapado suavemente con una sábana. Te veías tan provocador. Me despertaste ganas de acariarte, de jugar, recorriendo con la punta del dedo, tu piel. Pero no quería interrumpir la perfecta imagen, tal vez te despertabas.
Asique me acomodé, y me puse bien cerca de tu cara, para poder sentir como tu respiración rozaba mi cuello.
Una lágrima se me escapó. Silenciosa. Y terminó en mi boca. Amarga. Se me hizo un nudo en la garganta. Mi corazón se aceleró, y empecé a sentir frío en los pies. Tenía tanto miedo. Y decidí abrazarte, fuerte. Que me abrigues con tu cuerpo, que me rodees con tus brazos, me seques las lágrimas y me digas que todo iba a estar bien. Que las cosas..iban a cambiar.
Y no pude. No podía tocarte. Era como si una barrera invisible me separara de vos. No podía alcanzarte. Me desesperé. Empecé a golpear algo que ni podía ver. Y vos seguías del otro lado, durmiendo, angelicalmente. Nunca tuve tanta necesidad de estar con vos. Y no podía. Empecé a gritar, a llorar en voz alta, y de nada sirvió.
Vos estabas allá, y yo seguía ahí, sin poder estar con vos.
Yo construí esa barrera. Yo eché de mi vida, a la única persona que siempre me dio lo mejor. Tuviste tus limitaciones y tus defectos. Y yo no supe vencerlos. Aceptarlos. Tal vez es porque no me acepto del todo a mi misma. No lo sé. Pero vos siempre pudiste amarme, mirando más allá de cualquier coraza, transpasandome el alma. Vos no pensabas un futuro sin mí, y yo cree todas las realidades posibles sin vos. Yo te fui aislando de mi vida, dejandote a un costado. Y me fui creyendo la historia, de que yo iba a estar mejor sola. Irónico que vos me lo hayas dicho la última vez que hablamos. Esa vez, te dije cosas con tanto resentimiento, tanto dolor. No fuiste perfecto, así como yo tampoco lo fui. Lastimaste muchas cosas en mí, heridas que nunca cicatrizaron. Yo también te lastimé tan hondo a vos...!! El tema es que, necesitaba no necesitarte. Necesitaba no amarte. Necesitaba no estar con vos. Porque nuestro pasado ardía tanto, que ya no podía vivir con eso dentro, limitando mi presente.
Ahora bien, por más que en este momento me esté quebrando, destruyendome en mil pedazos, nuestra realidad no cambió. Las cosas que me provocaron desear alejarme de vos, siguen estando ahí. Las razones por las cuales ya no nos entendíamos, laten tan fuerte como antes. Sólo que hoy, la porción de mí que te sigue amando, grita a todo pulmón en mi cabeza, y parece que no quiere callarse.
Desearía que nuestra historia hubiera sido diferente...
Hay tantas cosas que nunca tendríamos que haber hecho, y tantas otras que nos quedaron por hacer. Tal vez, realmente, vos eras el hombre de mi vida. Y problablemente si así es, todo esto es mucho más grave, porque te estoy dejando ir. De todas formas me gusta pensar que sí, vos fuiste ese hombre, mi hombre...pero hasta hoy. Es momento de cambiar. Poder decir adiós es crecer (dicen)... cambiar es avanzar. Tengo que conocer que es de mi vida... después de vos, mi amor.
En ese momento del sueño, la barrera invisible, se desintegró. Vos despertaste, miraste a tu alrededor, como si yo no estuviera ahí. Te sentaste en la cama. Lloré con locura, al seguir con la mirada, por última vez, la dulce línea de tu espalda. Caminaste hasta la puerta del cuarto. Te detuviste un segundo. Un segundo que yo deseé con desespero que voltearas y me miraras. Pero no ocurrió. Seguiste caminando... y te fuiste.
Desperté, y no, vos ya no estás a mi lado.
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